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Sesión 17
Lunes, 8 de noviembre de 2021
12 participantes y mucho movimiento.
-Lo primero, ponemos las mesas en círculo.
-Elegimos la canción de manera aleatoria.
-Entrego una hoja en la que recojo las diversas historias que se han hecho hasta ahora y que hemos corregido, y al final de ello un enigma:
Trabajamos estas historias, recordándolas y haciendo preguntas, puliendo las expresiones para enfatizar las diferencias de uso entre el imperfecto y perfecto simple.
EL enigma lo trabajamos en parejas; una persona ya lo conocía, así que le pedí que no revelara la solución hasta el final. Estuvieron cinco minutos pensando y debatiendo. No lo resolvieron. En grupo grande, seguimos intentando resolverlo. La idea funcionó, porque todos hicieron las mismas preguntas que podíamos corregir cuando era necesario, así que al final ya apenas había errores. Al final, la persona que lo conocía dio una pista y entonces ya varias otras cayeron en la cuenta.
-A continuación, pasamos a trabajar las «definiciones» del jueves:
Decidí que las agrupaciones para corregir los errores dependían de sus preferencias: en solitario, en parejas o en tríos, y así hubo diversas tipologías. Como siempre, en cada definición venía el número de errores.
Tras diez minutos, lo pusimos en común. Aquí hubo mucho despiste, no a la hora de corregir, sino a la hora de atender la corrección grupal, y tuve que volver a ponerme serio. Finalmente, se ha conseguido a medias (en la misma hoja vienen las historias derivadas de los «Story cubes», pero lo dejamos para otro momento).
-Para terminar, y mientras un par de personas hacían deberes, pedí a uno de ellos que coordinara al resto para que, en grupo, elaboraran tres propuestas de contenidos que les gustaría estudiar antes de diciembre. Esto ha salido bastante bien, y la participación (más en árabe que en español, pero bueno, esto no era lo primordial para esta actividad) ha sido alta. Los temas eleginos han sido: «Naturaleza», «Violencia contra la mujer» (que ya lo tenía previsto), «Desprecio» (este último en el ámbito de la escuela, que mañana habrá que aclarar si está relacionado con algún tipo concreto de discriminación experimentada en primera persona, observada o qué).
Mientras discutían sobre los temas, he estado ayudando a un par de personas con los deberes, que en un caso eran sobre Física y Química y se lo ha gestionado ella bastante bien, y en otro sobre morfosintaxis (división en lexemas y morfemas), que lo ha entendido bastante bien dado el nivel. Estas dos personas también han participado un ratillo en las discusión de los temas.
Sesión 18
Martes, 9 de noviembre de 2021
De nuevo doce participantes, y de nuevo poco trabajo de español, aunque hemos avanzado un poco en trabajo de grupo.
-Círculo de mesas.
-Canción elegida de manera aleatoria. Solo quedan dos, así que en breve tenemos que elegir más.
-Tres grupos, los mismos que el jueves para hacer las historias. Reparto la hoja con las historias sin corregir.
Cada grupo cuenta su minihistoria al resto. Pregunto si han comprendido y, en general, sí. Se comprueba mediante preguntas guiadas, y asegurándose de que no solo contestan los mismos; en ocasiones, pregunto directamente a alguien que habla menos. Corregimos dos de las minihistorias; para ello, vamos oración tras oración, entre todas vemos los posibles errores de formulación, y una persona escribe en la pizarra la historia de otro grupo a medida que se va leyendo ya corregida; una vez en la pizarra, se corrigen los errores de escritura. Finalmente, otras dos personas de grupos diferentes leen cada historia y para rematar la leo yo, interpretándola de modo más o menos histriónico.
Una vez terminado este punto, pasamos a escribir la historia en el espacio reservado en la hoja.
Mañana repasaremos la última historia.
Estamos yendo muy despacio, más de lo pensado. Es un grupo muy participativo, pero necesitan más dinámicas que les absorban y a la vez más lectoescritura. A ver cómo lo conjugamos. Dictados mutuos (por parejas), elaboración de juegos léxicos, resolución de acertijos…
En la parte de deberes, casi nadie tenía, solo dos personas, así que el resto hicimos un juego de coordinación de grupo, el de los golpes en la mesa con las manos entrecruzadas (con las mascarillas bien colocadas y las ventanas abiertas del todo, vaya frío), durante unos minutos. Ha sido divertido, pero sobre todo un momento grupal al que también se han sumado en una segunda ronda las personas que tenían deberes.
Con estas me he quedado un rato más hasta que los han terminado, ya que el grupo de las seis y media, una vez reubicados horarios y personas, solo viene lunes y miércoles.
Sesión 19
Miércoles, 10 de noviembre de 2021
13 asistentes, pues tras los exámenes se reincorpora la persona bilingüe que nos estuvo ayudando en las primeras sesiones y que también participó en el campamento.
Segundo día seguido de escaso trabajo efectivo de español. Intento aprovecharlo para generar grupo, pero no sé si lo estoy consiguiendo.
-Para empezar, hacemos un círculo y todo el mundo se cambia de sitio para evitar discusiones sobre «este es mi sitio»; habrá que ir gestionando qué genera más comodidad, si sitios fijos o rotatorios, pero de momento hay que evitar imposiciones estériles que solo geenran malos rollos.
-Ponemos la canción, que parece gustar a la mayoría.
-Terminamos de corregir las historias, con una metodología similar a la del día anterior para intentar agilizar, pero desde el principio se nota el cansancio y la apatía. Acelero lo que se puede la puesta en común y corrección de la última historia, asegurando que se comprende tanto el significado como la funcionalidad de algunas palabras.
-Hecho esto, pretendo planificar contenidos a partir de aquellos temas que propusieron. No consigo enfocar el tema más de unos minutos: de «naturaleza», partiremos del volcán de La Palma, a ver si llegamos a algún lugar más concreto del entorno; para «violencia de género» contaremos con ayuda externa de Mónica si es posible; sobre «desprecio en clase» reflexionamos unos instantes sobre lo que entendían por tal cosa: actitudes de los compañeros, del profesorado, circunstancias que viven como una desigualdad al no poder salir a la pizarra en clase, al no ser preguntades sobre los temas solo por la falta de idioma. Aquí aproveché para interrogar si algunas de las actitudes que se están teniendo en las sesiones podrían interpretarse como desprecio, ya que estaba claro que llevábamos dos días en que apenas se ha podido trabajar. Las reflexiones han ido en diferentes direcciones, y costaba admitir que nuestros propios actos pueden ser interpretados como desprecio a los demás. Quedamos en que era un tema importante que sí convenía hablarlo con más tiempo y preparación.
Así pues, una vez más reoriento la sesión y les pregunto directamente por qué piensan que trabajamos como trabajamos, sin libros ni apuntes, por lo general.
Al principio se nota cierto desconcierto, pero enseguida saltan aquellas respuestas «de compromiso», de «esto es lo que quiere oír»: aprender español, ver los verbos… Les aseguro que es algo mucho más importante y eso les desconcierta aún más. Aquí un listado de respuestas, todas más o menos válidas:
-Para corregir los errores.
-Para aprender a escribir bien las palabras.
-Para aprender a hacer oraciones en español.
-Para aprender a distinguir los verbos, cuándo se usa uno y cuándo otro.
-Para aprender a hacer textos en español.
-Para aprender la estructura de los textos (la palabra estructura la aporté yo a partir de sus palabras y gestos).
-Para trabajar juntos.
-Para explorar lo que pensamos cada uno.
-Para ayudarnos.
Les pregunté si les estaba sirviendo para algo de eso, y dijeron que sí, no sé si con algo de convencimiento, pero insistí en que no se trataba de «para qué», sino de «por qué». Queremos conseguir algo, pero lo queremos hacer de una manera y no de otra. No hubo respuestas.
Les expliqué que partimos de sus textos porque son suyos, incluso con errores; de sus intereses porque son lo que ahora los están definiendo. Les he pedido contenidos, y yo aportaré los míos porque pienso que hay que romper la mediatización que oculta temas o enfoques. No parecen valorarlo demasiado, ya veremos qué resulta.
La última media hora retomamos el juego de las palmas que ayer no dio tiempo a hacer con el grupo al completo. Empezaron a jugar y a reír, hablando en árabe, y poco a poco fuimos introduciendo normas:
-La primera, que tradujesen lo que estaban diciendo en árabe relacionado con el juego, para lo que les di alguna pista:
«Te toca / Es tu turno», «Has fallado», «Quita la mano / Pon la mano en la espalda», «¿A quién le toca?», «¡No hagas trampas!», «¿Para qué lado vamos?».
-La segunda, que esas expresiones solo las dijeran en español. Fue muy divertido ver cómo empezaron a escucharse cada vez más.
-La tercera, que tradujesen cualquier cosa que dijeran en árabe aunque no tuviera que ver con la mecánica del juego: «Voy a ganar, voy a quedar el último», «todavía me queda una mano», «¡Oh, no!».
-La última, que solo se podía hablar en español, y que quien hablara en árabe durante el juego se eliminaba. Esta fue muy dura y durante la primera partida después de que se implantase prácticamente todas quedaron eliminadas, así que se lo tomaron bastante bien. A esta altura, yo había dejado hacía tiempo de coordinar el juego, y se lo había encargado a otra persona, pero enseguida pasó a ser algo colectivo. En la última partida que se jugó, apenas tres o cuatro personas perdieron una de las manos por hablar árabe.
Cuando llegaron las personas de la sesión siguiente, dijeron que se escuchaban las risas desde la calle.
Nadie pidió deberes (los miércoles van a Santo Toribio a hacerlos después de estas sesiones), pero una de las personas dijo que tenía examen al día siguiente y no se sabía nada, así que se le permitió pasar gran parte del tiempo a su propio ritmo en una mesa aparte, y de vez en cuando alguna otra persona, de manera autónoma, se pasaba a «tomarle la lección» y ayudarle con las palabras difíciles, por turnos y sin que ni una sola vez solicitaran mi colaboración.
Sesión 20
Jueves, 11 de noviembre de 2021
Última sesión semanal, 11 participantes (2 ausencias justificadas y una no), incluida nuestra “traductora” bilingüe, y además ha venido la persona que nos acompaña los jueves, que ha tenido una especial relevancia.
-Última canción, por lo que hemos renovado peticiones, quienes han querido.
-Hacemos el círculo.
-Recordamos lo hecho el día anterior.
-Les planteo un juego de roles, en el que por turno quien quiera puede ejercer de “profesor”, planteando actividades al resto. Solo se ofrecen dos personas, y durante un par de minutos intentan llevar adelante alguna actividad que improvisan, pero no les hacen mucho caso y abandonan. Cuando llega la persona que nos acompaña los jueves, le proponen que ella ejerza de “profe”. Acepta y dirige una actividad que se prolonga durante más de media hora (el juego de encontrar palabras de diferentes categorías que empiecen por la misma letra).
La disponibilidad léxica es muy reducida, pero lo pasan bien; se atropellan en las comprobaciones de las respuestas y hablan a la vez, pero siguen adelante.
Aprovecho de vez en cuando para hacer alguna discriminación fonética, ya que salen las letras “i” y “b”.
-Terminamos jugando al mismo juego de los días anteriores; se recuerdan las reglas mutuamente y les divierte mucho jugar sin hablar español, eliminando a quien lo haga. Escribo más frases y oraciones en la pizarra, además de las de ayer” para que dispongan de ellas: “¡No hagas trampas!”, “Ha/s hablado en árabe”, “Quita/d las cabezas”, “Quita la mano”, “¿Para qué lado nos toca?”, “¿A quién le toca?”, “Te toca a ti”, “Le toca a…”, “¡Ha vuelto a poner la mano!” y otras.
En el ínterin tengo que separar del grupo a dos personas porque no dejan explicar el juego a otra que habla muy poquito, y los mando a recoger los altavoces y el ordenador mientras el resto termina de explicar el juego.
Se nos echa el tiempo casi encima, pues vienen otras personas que tienen que ocupar la sala, pero en realidad se habían adelantado unos minutos y nos da tiempo a terminar.
-El final bastante mal, porque no reordenan sus respectivas mesas del aula y se van sin más, mientras estoy fuera hablando con los recién llegados. Tenemos que poner en claro aún unas cuantas cosas.