Este año celebramos Halloween después de varios años sin hacerlo, y no solo por la pandemia. Entendimos que una fiesta a poco de comenzar el curso podía ayudarnos a fortalecer el grupo de ocio que ha comenzado recientemente.
Así, convocamos a la gente de apoyo escolar a partir de 6 de Primaria, y esperamos a ver cuántas personas se animaban. Para nuestra sorpresa, fuimos cerca de cuarenta.
Comenzamos con varios talleres: decoramos la Sala de cultura de la parroquia, nos pintamos las caras y pintamos varias máscaras y otros objetos que colocamos por el espacio. Como no había muchas ganas de disfrazarse, esto fue opcional, pero lo importante era reunirse.
Tras los talleres, y ya con nuestros rostros adecuados, empezamos el resto de actividades. En primer lugar, vimos un corto de animación, cuya brevedad ayudó a mantener la tensión, aunque no dio mucho miedo, fue más bien cómico. Luego pasamos a hacer diversos juegos, algunos para conocer los nombres en primer lugar, y otros para movernos y divertirnos. Jugamos a Cementerio y, lo que más gustó, a Tinieblas.
Terminamos la jornada con muchas risas y tomando unos zumos y algunos aperitivos.
Una de las cosas que se siguen valorando positivamente es la diversidad de personas que participamos en estas jornadas, también en cuanto a la edad.