Se trata de un juego con una mecánica muy sencilla: en grupo, contamos hasta veinte.
Hay dos condiciones:
La primera, tiene que ser por turno, es decir, cada vez solo puede decir un número una persona, sin criterios previos de ordenación. Si dos o más personas dicen el mismo número (bien porque se solapan, bien porque lo repiten), se vuelve a empezar.
La segunda es que todo el grupo tiene que participar: si se llega a 20 y alguien no ha participado, se vuelve a empezar.
Es un juego muy interesante para que el grupo se observe, para ver roles y para colaborar en una tarea, aportando herramientas para superar la frustración (esto es tarea primero de la persona que facilita el grupo, pero no solo).