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Sesiones 70 y 71
Lunes, 16 y martes, 17 de mayo de 2022
Asisten 6 personas, con ganas regulares de hacer cosas, así que les pregunto qué les paetece hacer y uno de ellos me dice que le gustaría hablar de algunas de las palabras que habíamos mencionado hacía tiempo.
Como al resto le parece bien, o al menos no se oponen, tiro de estrategia «Antirumor» y hacemos varias dinámicas para ver cómo la información nos influye y se puede pasa del estereotipo (pensar) al prejuicio (sentir) y de ahí al racismo (actuar). Teléfono escacharrado; hojas en la frente con una característica diferenciadora y adivinar quién es por cómo se comporta; recordamos el trabajo de «investigación» que habíamos hecho sobre las obras de la plaza y las respuestas que nos dieron sobre su duración dependiendo de a quién habíamos preguntado (las respuestas de quienes conocían el proyecto y lo «vivían» porque trabajan en el centro había sido más fiable que la de las vecinas al augurar un tiempo de ejecución; aún sigue en ejecución, por cierto, y le queda).
¿Trabajamos con esteretipos? Lanzamos algunas afirmaciones que hemos escuchado sobre la migración y hacemos una valoración de hasta qué punto son falsas y duelen. Una vez hecho esto, pregunto: ¿y si en vez de «migración» digo «pueblo gitano»?
La respuesta emocional es muy diferente.
¿Realmente conocemos al pueblo gitano? En el barrio, quienes se comportan de determinadas maneras, ¿son solo de un pueblo? ¿Puede tener relación con la pobreza? ¿Con la falta de expectativas? ¿Con qué? Dejamos estas preguntas en el aire, espero poder retomarlas en lunes.
Al menos, reflexionamos juntos y lanzamos preguntas. Si no se puede retomar, se ha plantado una semilla, a ver cómo fructifica.
Sesiones 72 y 73
Miércoles, 18 y jueves, 19 de mayo de 2022
De nuevo, 8 y 6 personas. Trabajamos geografía. Es decir, dónde estamos, cuántos somos, cómo nos organizamos.
Al principio, caras aburridas cuando dibujé dos pirámides de población. «¿Qué es esto?» Las que lo sabía, contestaron: «Pirámides de población, vaya rollo». «¿De dónde son?». «Y yo qué sé». «Marruecos y España».
A partir de aquí, continuas preguntas y respuestas: nacimientos, por qué no hay nacimientos, si la gente que viene tiene tantos niños como en Marruecos o menos, posibilidades de encontrar un empleo. El efecto posible de la crisis (les expliqué la del 2008 y ss., año en que algunos de sus padres habían llegado a España) en los vaivenes de población.
Salió también el racismo, a partir de lo hablado el día anterior, y no entendían nada: ¿no hay gente y no quieren que venga gente? ¿Y ellas y ellos? ¿Qué opinan de las medidas contra la migración irregular? Aquí hubo mucho silencios por parte de algunas personas, ya que hay gente en el grupo cuyas familias llegaron así, y estas son quienes más beligerancia muestran contra las políticas restrictivas, y no solo de España, aunque las criticas son veladas más que manifiestas al tocar ciertos temas.
Al margen de preguntas, algunas conclusiones eran que no había derecho a discriminar por origen o por dinero, y que hay que conocer a la gente antes de juzgar.
El jueves, último día de una semana bien cargada de contenido, la dedicamos a diversos juegos para conocer también datos sobre el barrio. Muchas preguntas, algunas en gran grupo y otras en plan juego competitivo (pañuelo adaptado) para descubrir quién sabía más sobre el barrio (así, repasamos los centros educativos y sus tipos, público/concertado; la sanidad y dónde tienen que llamar si sucede algo, 112; el Espacio Joven, que está cerca; ocio gratuito en parques y espacios deportivos frente al no gratuito; población del barrio en general y en su franja de edad, lo que les descolocó por completo por la escasez del número…).
Terminamos repasando un poco de gramática mediante el juego «¿Has filfado hoy?», que no lo habíamos practicado entre tantas personas en este grupo. Al principio pensaron que iba a ser aburrido, pero terminaron riendo a carcajadas en algunos momentos.
Veremos cómo se presenta la próxima semana.