Estas vacaciones de Semana Santa, a petición de las participantes, hemos aprovechado también para seguir con las sesiones ELE con el grupo más joven (11-13 años) de los que participan en el proyecto intercultural y educativo de Santo Toribio, «Un barrio para todas y todos», en el CIC Segundo Montes. Puesto que eran vacaciones, hemos intensificado más aún el aprendizaje con juegos. Entre todas hemos seleccionado los juegos que más nos han gustado de los jugados habitualmente, y las participantes los han dirigido y han aportado algunos.
-Hemos hecho filas de mensajes, y cada vez el mensaje pasaba de una manera, a elección de la última persona de la fila. Así, hemos pasado mensajes que iban sufriendo traducciones alternativas entre el español y el árabe; mensajes que eran pasos de baile; mensajes (muy sencillos) de lengua de signos; mensajes que eran figuras de letras o números hechos con el cuerpo; ¡incluso mensajes que eran la propia persona, que pasaba por debajo de las piernas haciendo preguntas y generando una ola en la que todas las personas la siguieron!
-También hemos adaptado juegos, como el del pañuelo, para recordar un poco de «teoría», que nunca viene mal: de esta manera, antes de decir el número, se daban unas instrucciones para conjugar un verbo (por ejemplo, tercera persona del singular del pretérito imperfecto del verbo «hablar») que debían deliberar entre todas las jugadoras de cada equipo, ya que al final del turno se preguntaba (individualmente y en secreto a las dos personas con el mismo número) y, si se acertaba, la persona que había ganado la ronda podía obtener una vida, mientras que la que había perdido la ronda podía salvarse y no quedar eliminada. De manera parecida, «Un, dos, tres, zapatito inglés», por ejemplo.
-Como siempre, pueblo duerme nos ha acompañado todos los días, así como «Estoy filfando» (una persona piensa un verbo y el resto le hacen preguntas conjugando el hipotético verbo «filfar»: ¿Has filfado hoy? ¿Filfas sola o con otras personas? ¿Filfaste ayer? ¿Filfas libros? Tras un par de rondas -depende del tamaño del grupo-, se hace una ronda de respuestas).
-Mucho éxito tiene el juego de la silla vacía (se trata de construir oraciones en grupo: sentadas en un círculo de sillas, una de las cuales está libre, las personas forman una oración en cuatro fragmentos mientras ocupan la silla que va quedando vacía. Por ejemplo: la primera persona dice «Antes de venir a España» y se sienta en la silla vacía, dejando la suya libre; la siguiente continúa «ya había escuchado» y repite la operación; la siguiente dice «música española»; la cuarta termina la oración «con (nombre de alguien del círculo)». La persona nombrada debe levantarse y correr a ocupar la silla vacía, y las que la flanquean deben tocarla antes de que llegue. Lo normal es empezar con una oración de ejemplo para fijar la estructura y jugar con ella un par de veces, y luego pedirles que improvisen (así se pueden trabajar entre otras muchas cosas los tiempos verbales, la transitividad, las preposiciones que rigen los verbos, la disponibilidad léxica, la creatividad, todo ello además de la escucha y el sentido de aprendizaje colectivo).
-También hemos jugado a juegos de investigación, en los que cada persona inventaba un personaje que tenía alguna relación con el resto, y entre todo el grupo inventaban una historia sucedida el día anterior, una serie de coartadas para la hora en la que una de ellas había cometido un asesinato, y me tocó descubrir quién era la asesina y su cómplice (mientras lo preparaban, me echaron del aula, claro).
-También hemos jugado juegos de mesa, prestados por Jomra y recopilados en LeeLosLunes: El portero Baldomero, Scrabble Dash y ¡Sí, Señor Oscuro!. Teníamos más, pero estos los hemos repetido tres de los cuatro días por petición expresa. Seguiremos jugando muchos más.
-El último día hemos estado en el teatro del CC Delicias. Muchas gracias a Javier por abrirnos las puertas. Este día nos ha acompañado María y hemos hecho muchísimas cosas. Para empezar, nos hemos presentado, una a una y a solas en el escenario, y hemos recibido un gran aplauso. Luego hemos explorado los diferentes niveles del teatro, recorriendo pasillos estrechos entre bambalinas, descubriendo camerinos, salas de ensayo llenas de espejos, escaleras que subían y subían dando mil vueltas y desembocando en ventanas abiertas; hemos subido al anfiteatro y nos han permitido echar un vistazo a la sala de proyección (nos hemos portado muy bien y no hemos tocado nada).
Ya en el escenario, hemos imitado sonidos de animales, hemos hecho juegos imitando físicamente a esos animales y a otros («Si fuera un animal, sería…» además de elegir el animal que seríamos, deambulábamos por todo el escenario al ritmo de la música e intercambiábamos el animal con la persona que más cerca tuviéramos cuando la música se paraba. «Pobre gatito» nos ha hecho reír mucho). También nos hemos estirado, hemos jugado con globos imaginarios y practicado el subjuntivo enviando deseos en el globo («Espero que… tenga una vida buena»).
Por último, hemos reservado los últimos minutos para preparar pequeñas puestas en escena preparadas en tres grupos. Esto ha sido lo que más ha gustado, tendremos que repetir.
En resumen, han sido cuatro días (jueves de la semana anterior, lunes, martes y miércoles de la Semana Santa) en los que siete personas (fluctuantes, otras dos o tres) han querido apuntarse a estas sesiones ELE dos horas cada tarde. Gracias también al CIC Segundo Montes, donde llevamos a cabo estas sesiones.