El viernes 15 de diciembre nos hemos reunido en los locales de la parroquia de Santo Toribio, en el barrio vallisoletano de Delicias, una buena representación de las personas que participamos en los proyectos de este lugar. Personas participantes en el voluntariado, en las distintas sesiones educativas, en catequesis, en las celebraciones de la eucaristía, en atención primaria, en ocio y cultura… todas estábamos citadas allí.
Finalmente, cerca de doscientas personas hemos acudido al encuentro. La primera parte se ha celebrado en la iglesia, pues era el lugar que podía darnos cabida, y allí hemos visto un vídeo sobre los orígenes del barrio, un territorio que migrantes interiores hicieron crecer y que ahora habitan también migrantes exteriores llenándolo de vida. Imágenes de muchos de los países de origen de la población asistente componían el resto del vídeo.
Así nos han recibido, recordando que el pasado día 10 de diciembre se celebraba el 75 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos, y dando relevancia a este 18 D, Día Internacional de las Personas Migrantes. Y es que, si algo tenemos claro, es la búsqueda activa de la igualdad de derechos de todas las personas, de la acogida a quien viene y del fomento de la convivencia.
Tras este comienzo, actuaciones de música, y luego salimos al vestíbulo.
Allí nos esperaban varias exposiciones: la principal, una serie de paneles que recogían, uno a uno, imágenes e información de los países de origen de las personas que por aquí convivimos (Senegal, Níger, Mali, Guinea Ecuatorial, Marruecos, China, Bulgaria, Rumanía, Ucrania, España, Bangladés, India, Colombia, Bolivia, Perú, Venezuela, México, República Dominicana, Ecuador, además del pueblo gitano). En segundo lugar, una ilustración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; también unas cartulinas con dibujos elaborados por infancia por el 20 N con motivo del Día de la Infancia; por fin, el Calendario Intercultural Delicias.
También pudimos compartir conversaciones y unas pastas, zumos y aperitivos. Además, se repartieron (como ya se hizo en la jornada de julio en el parque de la Paz) unas figuras recortables con trajes típicos de otros países para pintarlas.
Ha sido un encuentro agradable, han asistido muchas personas, aunque nos ha faltado preparar más la participación activa de todas ellas (lo fácil es que trabajen en casa en la preparación de alimentos, hay que ir empezando a superar eso en estos grandes eventos; eso sí, el próximo día 20 tendremos una fiesta de fin de trimestre en ELE mañanas y claro que recurriremos a esto, que para eso la hacemos); por vergüenza, algunas jóvenes no se han atrevido a actuar delante de todas las personas, pero seguro que para la fiesta de Reyes Magos recogen nuestro aliento y se animan.
En cualquier caso, estos encuentros son muy necesarios, seguiremos con ellos en mayor o menor medida (se ha constituido una actividad, con grupos diferentes de ELE, consistente en que mujeres de varios países se juntan cada dos o tres jueves para charlar mientras preparan algunos alimentos y los degustan tranquilamente).
Este es el camino, pero no el único camino. Debemos apostar por la convivencia, desde ya, construir un discurso práctico de acogida, convivencia y respeto suficientemente sólido como para que resulten inocuos los discursos de odio y las mentiras enlatadas, que siempre los habrá. Y esto nos compete a todas y a todos, en cada una de las circunstancias de nuestra vida, lo que nos ofrece infinidad de sendas donde ejercitarnos y aprender en común.